Comisiones Obreras de la Región de Murcia | 29 marzo 2024.

Un problema de salud y de género

(AUTO)MEDICARSE PARA SOPORTAR LA TRIPLE JORNADA DE TRABAJO

    28/05/2021.
    SALUD MUJER

    SALUD MUJER

    La triple jornada de las mujeres, asumida en mayor o menor grado, pero efectivamente impuesta, es rutinaria, monótona y excesiva. Los movimientos repetitivos de las tareas domésticas generan muchos problemas musculoesqueléticos. La sobrecarga de tareas, de cuidados y de problemas de conciliación provocan fatiga, ansiedad y depresión. Además, si las trabajadoras desarrollan su jornada laboral en determinados sectores altamente feminizados y precarizados, como el de la limpieza, el empleo del hogar, el sector de la hostelería o el sociosanitario, los dolores provocados por la excesiva carga de trabajo y la exigencia en los ritmos, convierten una jornada de trabajo en un insoportable desempeño laboral. La toma de analgésicos para combatir los dolores se hace sistemática pudiendo convertirse en una adicción para poder enfrentar el día a día de la implacable triple jornada. Antiinflamatorios para combatir los efectos de enfermedades que afectan a articulaciones, músculos o huesos, ansiolíticos para mitigar contracturas musculares, síntomas de nerviosismo o ansiedad y antidepresivos para regular trastornos del sueño, síntomas de agitación o fatiga, se convierten en indispensables para millones de mujeres en España.

    Según el informe EDADES publicado por el Ministerio de Sanidad, los hipnosedantes y los analgésicos opioides con o sin receta, son sustancias consumidas en mayor medida entre las mujeres. Más de una cuarta parte de las mujeres de 15 a 64 años ha consumido hipnosedantes con o sin receta alguna vez en su vida (26,8%) y la edad de inicio de consumo se sitúa a partir de los 34 años. Casi el 32% de personas de entre 35 a 64 años que han consumido hipnosedantes con o sin receta alguna vez en la vida son mujeres. En todos los grupos de edad, el análisis de la prevalencia de consumo de hipnosedantes y analgésicos muestra que es más elevada en mujeres que en hombres, aumentando entre las mujeres conforme aumenta la edad. 

    La salud de las mujeres está perjudicada por factores culturales, sociales y laborales específicos: es una realidad que debe tenerse en cuenta en la detección de los problemas de salud de las trabajadoras, para diagnosticar con rigurosidad, prevenir las adicciones en el ámbito laboral y mejorar la salud de las mujeres. La prevención de riesgos laborales con perspectiva de género es la garantía de que la evaluación de riesgos y la intervención serán eficaces.

    El diálogo social y la negociación colectiva son los instrumentos privilegiados para regular las jornadas y las excesivas cargas de trabajo, y para conseguir empleos dignos y decentes también para las mujeres, rompiendo la tendencia de precariedad que caracteriza su entorno laboral. Y a más precariedad laboral, menos salud.

    Gobiernos y Administraciones públicas deben dotar de los recursos públicos necesarios para que las mujeres no soporten casi de forma exclusiva las sobrecargas físicas y morales provocadas por los cuidados de menores, mayores y dependientes. En el ámbito educativo y formativo se debe aumentar el refuerzo pedagógico para erradicar los estereotipos de género sobre la asignación de los trabajos domésticos y de los cuidados, fomentando la corresponsabilidad y el reparto equitativo de las tareas. 

    Hoy, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, desde CCOO se reivindica el derecho de las mujeres a liberarse de la imposición de la triple jornada, a disfrutar de una vida equilibrada en responsabilidades y a desarrollarse profesionalmente en un puesto de trabajo digno.