Imagen de Alina Kuptsova en Pixabay
El sector de la fabricación de conservas vegetales no dejó de producir durante el Estado de Alarma para abastecer de alimentos a la ciudadanía. Sus trabajadores y trabajadoras lo hicieron posible. Ahora que ha llegado el momento de valorar ese compromiso con hechos y no con agradecimientos vacíos, una patronal cicatera les da la espalda. Se niega a que tengan unas condiciones salariales dignas y a abonar su correspondiente compensación económica.
La patronal sectorial firmó ayer con UGT FICA, el otro sindicato presente en la mesa de negociación, un preacuerdo que establece que el futuro convenio que regulará las condiciones laborales durante dos años, tendrá un escuálido incremento salarial. En 2020 y 2021 las nóminas aumentarán un raquítico 1%. Se incluye una cláusula de revisión que se activará si el IPC es superior a esa cifra y que tendrá un máximo del 1,5%.
Hasta el último momento, CCOO hizo propuestas que no fueron atendidas e, incluso, reclamó al otro sindicato combinar la negociación con la presión. Defendía que los salarios subieran este año un 1,5% y un 2% el próximo. Para prevenir una subida de la inflación en 2021, quiso incluir una cláusula de revisión salarial al IPC sin ningún tope, que rechazaron UGT y la patronal.
A CCOO no le sorprende la actitud de la parte empresarial. Sabe que si se consigue algo digno en este convenio es porque se ve forzada ante la presión sindical, tal y como ocurrió en las huelgas de 2017. Entiende que abordar una negociación como esta solo con diálogo aboca a la firma de acuerdos que no mejoran la calidad de vida de las personas trabajadoras del sector.
Lamentablemente, el convenio aparca temas muy importantes que se plasmaron en la plataforma reivindicativa y que se posponen hasta la negociación de 2022 como la estabilidad en el empleo, la reducción de jornada, la mejora de los permisos o la ampliación del ámbito funcional a actividades como la conservación de la patata o la elaboración de especias. Muchas personas trabajadoras no tienen un convenio paraguas y este les podía dar cobertura.
CCOO de Industria inicia ahora un proceso de consulta abierta para que sus secciones sindicales y su afiliación determinen si debe adherirse al preacuerdo o, si lo más conveniente, es que no lo firme como señal de disconformidad. Sea cual sea su decisión, el convenio se aplicará a todos los trabajadores y trabajaordas del sector porque tiene eficacia general.
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